Mel Flavià nace en la ciudad de
Valls el año 1930

“L”avi Anton”, primer apicultor de la familia Flavià, creció en la capital del Alt Camp. En ese momento toda su miel la vendía al por mayor en bidones, pero siempre reservaba una pequeña parte para sus vecinos, que iban a comprarle a los bajos de su casa, conocida como “La casa de la miel”, en el casco antiguo de Valls.
El interés por la apicultura ha viajado de generación en generación. Primeramente, llegó a su hijo Josep Flavià, nacido en 1962, quien se crió entre colmenas, núcleos, abejas y miel. Josep se fue interesante cada vez más por el trabajo de su padre, ayudándole en las diferentes tareas que la empresa requería. Años más tarde, cogió las rentas del negocio, junto a su esposa Dolors, el otro pilar de la empresa.
Aunque seguían vendiendo la miel en bidones, la miel de la familia Flavià era cada día más conocida y la demanda de miel a granel iba creciendo. En 1985, decidieron salir a la calle a vender su producto, montando su primera parada en el Firagost de Valls. A partir de ese momento, se empezó a envasar la miel en botes para ofrecerla directamente a sus clientes.
En 1994 nació el primero de los tres hijos de Josep y Dolors, Anton, quien junto con sus hermanas también creció rodeado de miel y ferias por Cataluña, donde vendían sus productos, que cada vez eran más variados. Finalmente, Anton decidió dedicarse al negocio familiar y, actualmente, es apicultor de Mel Flavià y lleva a cabo todas las tareas que esto conlleva.

Respetamos los métodos tradicionales
En Mel Flavià seguimos utilizando métodos tradicionales para extraer la miel, aunque contamos con la ayuda de maquinaria para realizar el trabajo menos pesado.
En nuestra tienda encontrarás mieles de distintas procedencias, productos que podemos conseguir gracias al proceso de la trashumancia, que consiste en cambiar las abejas de zona.
Por eso, nuestras cajas viajan por diferentes zonas del territorio del Camp de Tarragona hasta el Pirineo.
Nuestras abejas trabajan en cajas Dadant, las cuales están formadas por diferentes pisos. Las abejas guardan la miel en el piso superior de la caja, lo que nos permite extraer la miel en casa, donde disponemos de unas buenas instalaciones que nos permiten tener un mejor control de todo el procedimiento.
Extracción de la miel de forma artesana
Desoperculamos uno a uno los cuadros de miel y los centrifugamos para extraer la miel de dentro de las celdas de cera. Una vez que la miel ha salido de los cuadros, la guardamos y dejamos reposar en bidones pequeños de acero inoxidable, porque con la ayuda de la gravedad, todas las impurezas que pueda tener la miel, como pueden ser trozos pequeños de cera o propóleos, y las burbujas de aire que se forman con el goteo de la miel hacia dentro del bidón, suban hasta la capa superior.
Pasado un tiempo ya se puede espumar la miel, que es el proceso manual de retirar estas impurezas que han subido hasta lo alto. Ahora ya tenemos la miel limpia y lista para poder envasarla.
Por otro lado también tenemos los panales de miel, que es el cuadro que las abejas han llenado de miel, el cual cortamos en pequeñas porciones para poder degustar directamente la miel.
